ALGUNAS IDEAS SOBRE LA PRUEBA ACADÉMICA


No es posible postular tesis coherentes cuando el contexto sobre el cual se habla, está caracterizado por la falta de información que deja en evidencia la ausencia de modelos consistentes que permitan caracterizar una problemática tan compleja como lo es la condición del bajo rendimiento académico de un estudiante. Si esta situación se proyecta a un comportamiento colectivo, la imposibilidad de formular una tesis se hace aun más evidente.

Generar en estas condiciones alguna normatividad abre la puerta para que no sólo se vulneren muchos derechos en lo estudiantes, sino que de la misma manera, se produzca una aparente solución sin que se haya identificado y atacado las causas del problema.

De manera involuntaria, la Universidad construyó una realidad que debe ser observada con menos desdén y desprecio, hoy se cuenta con información muy valiosa para desarrollar investigaciones sobre distintos procesos, los que permiten la construcción de una norma que esté acorde con una realidad social en la cual los jóvenes que han  ingresado a la Universidad y que no los continuemos haciendo víctimas de un modelo de educación al que muchos criticamos pero de facto aceptamos cuando no enfrentamos sus consecuencias; debemos recordar que estos jóvenes que hoy están en la Universidad nunca definieron que debían ser formados en un sistema de promoción automática y con unos niveles de calidad bastante cuestionados.

Recorriendo el entorno sobre el problema de la prueba académica se encuentra que existen diagnósticos elaborados sobre las causas  que conducen a los estudiantes a llegar a encontrarse en prueba académica, como son los bajos niveles en el conocimiento y manejo de los conceptos matemáticos y en las área del manejo de la lengua materna, pues no saben leer, ni escribir y en consecuencia su comunicación, pieza fundamental en el proceso de enseñanza, está truncado, pues ello conlleva a una carencia casi total de la comprensión al momento de enfrentarse a un proceso cognitivo.

Otro elemento que nadie coloca sobre la mesa con  excepción de los estudiantes en la Facultad de Ingeniería, es el inminente colapso en la infraestructura de la planta física y en los recursos de presupuesto para el funcionamiento que  se requerirían para el primer semestre del 2011, y para poder dar curso a la inversión en planta física para la construcción de  la sede del Porvenir, se hace necesario que en los próximos 4 semestres sean retirados de la Universidad el mayor número de estudiantes posibles, para que con el mismo, presupuesto se pueda dar cabida  a las nuevas cohortes de los programas que se aspiran a ofrecer en las sedes del Provenir, así las cosas más de 8000 estudiantes saldrán de la Universidad en menos de dos años allanando de esta manera el camino para nuevos cupos y nuevas carreras con el mismo presupuesto.

Ahora si se observa el comportamiento de la distribución de los estudiantes que están en prueba, se encuentran unos datos que no son tenidos en cuenta y que muestran de facto una causa que no se ha valorado al momento de entrar a tomar determinaciones. Sería importante que nos dijeran porque la norma aplica igual a todos los estudiantes de la universidad cuando el comportamiento es tan diferente. Algunos ejemplos serían:

La facultad tecnológica, tiene un comportamiento de formación por ciclos, la diferencia porcentual de los estudiantes que están en prueba  en el ciclo de tecnología es un 20% superior a los que están en el ciclo de ingeniería, esto se debería comparar con el comportamiento que se tiene en la facultad de Ingeniería en los últimos cuatro semestres con ello se entregaría una medida de solución diferente.

Otro elemento a observar  en la facultad tecnológica es el convenio 174, mediante el cual ingresaron más de 1000 estudiantes y al primer semestre de 2010 quedaban activos  algo mas de 440 estudiantes de los cuales un promedio del 56% se encontraban en prueba, existiendo programas que tenían casi un 70% de estudiantes en prueba. A esto hay que colocar una variable en este convenio ingresaron estudiantes con un ICFES significativamente inferior al que se exigía en los programas de tecnología en la facultad tecnológica.

Entonces no es suficiente decir que la Facultad de Ingeniería tiene 8%, 9% ó 10% menos  de estudiantes en prueba académica que la Facultad Tecnológica, es posible que existan otras razones de fondo que conduzca  esta situación y por ende deban ser tenidas en cuanta al momento de legislar.

Por ejemplo, si un estudiante de tecnología está en prueba en su ciclo tecnológico, podrá estar nuevamente en prueba en su ciclo de ingeniería, si es así, tuvo la oportunidad de estar dos veces en esta condición durante toda su carrera, además, ¿será que los motivos que llevan a uno estudiante a prueba en los primeros semestres son los mismos que si el entra en prueba al final de su carrera?, si los motivos no son los mismos, la fatal no es la misma  la condición académica si pero las causas que lo llevan a ello o no, entonces, ¿por qué se debe penalizar de la mima manera?.

Hay un dato que llama a la reflexión, la Facultad de Ciencia y Educación presenta el porcentaje más bajo de estudiantes en prueba académica en toda la Universidad, y junto a este resultado encontramos que es la Facultad en donde todos sus docentes tienen una condición son licenciados, así las cosas, ese sentido el reclamo de muchos estudiantes  de las otras Facultades ya que sus docentes no tienen pedagogía y esto puede ser cierto, y una de sus nefastas consecuencias es que miles de jóvenes salgan de la Universidad y el problema no se solucione.

Sería bueno que antes de abortar un proceso que está en curso, que enfrenta un problema real de la sociedad colombiana como lo es la formación de mala calidad en la educación básica y media, se asumiera de manera sincera, dándole una alternativa real de continuar su formación, asumiendo otras alternativas como lo hace la universidad privada, involucrando en la solución del problema al núcleo familiar, si se tiene en cuenta que en este subyace la formación de los valores del individuo y, por otra parte, ellos son quienes aportan una importante parte del presupuesto familiar para la Universidad; es por eso que debieran saber que pasa con sus recursos, de qué manera se invierten académicamente con su hijo y que efectos está surtiendo, y tal situación rendirá muy posiblemente unos frutos mucho más benéficos para el joven y la sociedad, que asumir la exclusión del estudiante de la Universidad.

Concluyo esta reflexión pensando  en el silencio de los más de 7000 estudiantes que de manera inmediata la norma afecta, y que aun así no reaccionan de manera alguna, en los restantes 20000 que de seguro el día que reaccionen será demasiado tarde. Creo que Universidad se encuentra en prueba académica ante la sociedad, no sólo por no tener una postura argumentada ante el hecho de sacar a algo más de 8000 estudiantes de la Universidad en los próximos 2 años, sino al no realizar un proceso de auto evaluación cuyo resultado infiera realmente en un cambio sustancial al interior de la Universidad.

Observo igualmente la Administración de la Universidad que no contenta con el silencio de la mayoría, ignoran desde la prepotencia y la arrogancia que da la ignorancia, las voces de los estudiantes  quienes se niegan a ser atropellados con normas que legislan para contextos e Instituciones diferentes.

Mi llamado es a la humildad y al respeto mutuo que permitan la confrontación de argumentos entre las partes de manera tal que sea posible construir  un marco legal acorde no solo con las condiciones de la Universidad sino de la sociedad.

En el próximo escrito, a este respecto comenzaré a proponer un marco legal para este problema.

MAURICIO BUENO PINZÓN

Profesor Facultad Tecnológica.